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Retención dentaria
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Información

Se utiliza el término retención dentaria para describir una anomalía en el crecimiento dental caracterizada por la falta de erupción del diente por encima de la mucosa oral, total o parcialmente, lo que hace que no llegue a ocupar su posición normal en las arcadas gingivodentarias de la cavidad bucal.

La retención dentaria puede afectar a cualquier emplazamiento de la boca, ya sea en la zona palatina –área del paladar en el maxilar superior–, vestibular –la cara exterior de la arcada del maxilar– o lingual –en la cara interior de la arcada del maxilar–, y, según la posición que tome el diente, se usarán diferentes términos para describirla:

 

    • Diente incluido: este se refiere al diente que ha perdido la fuerza para erupcionar y, por lo tanto, permanece en el interior del maxilar, sin haber perforado el techo óseo. 
    • Diente enclavado: es aquel que, habiendo perforado el techo óseo, permanece total o parcialmente bajo la mucosa oral tras haber perforado el saco pericoronario. 
    • Diente impactado: es el que debido a una fuerza mecánica (contacto con otro diente) no ha llegado a perforar el techo óseo.

 

Etiología

La retención dentaria puede deberse a diferentes factores. Una de las causas más generalizadas es la falta de espacio para la alineación correcta de los treinta y dos dientes que conforman la dentición permanente, que empiezan a erupcionar a partir de los seis años de edad, así como la pérdida prematura de la dentición decidua (dientes temporales) o, por el contrario, su retención prolongada, traumatismos y herencia genética o una longitud excesiva de la corona habitual. Estos dos últimos, junto con la falta de espacio, son las causas más frecuentes para la retención de los terceros molares (conocidos como muelas cordales o del juicio), que suelen erupcionar entre los dieciséis y veinticinco años de edad del individuo. Otros factores que podrían influir en la retención dentaria y que por lo tanto precisarían también de un estudio radiológico preventivo son la presencia de dientes supernumerarios, historial de tumores y quistes o presencia de un diastema (separación de dientes) sin indicación de exodoncia.

 

Diagnóstico y tratamiento 

El método de diagnóstico utilizado para detectar la presencia de retención dentaria es la pantomografía, una radiografía panorámica en la que en una sola imagen pueden verse los maxilares superior e inferior y la disposición de los dientes.

Ante la presencia de una retención dentaria, y dependiendo de la funcionalidad del diente, se aplicará un tratamiento combinado de cirugía y ortodoncia para encaminar el diente hacia su correcta ubicación.

La alta frecuencia de la retención dentaria y sus patologías asociadas (caries, quistes, reabsorciones, dolor, adenopatías) hacen que este tratamiento sea una práctica muy común para los cirujanos bucodentales.

 

  

 

Fuentes:

“Estudio epidemiológico de las retenciones dentarias en una muestra de 2.000 pacientes”. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Odontología, departamento de medicina y cirugía bucofacial. Alejandra Dutú Muzás.

“Retención dentaria”. Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Facultad de Estomatología. Rev Cubana Ortod 2000;15(2):82-5.

“Enfermedad periodontal asociada a la retención de terceros molares mandibulares”. Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2004. Universidad Nacional del Nordeste, Ciudad de Corrientes, Argentina. 

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Se utiliza el término retención dentaria para describir una anomalía en el crecimiento dental caracterizada por la falta de erupción del diente por encima de la mucosa oral, total o parcialmente, lo que hace que no llegue a ocupar su posición normal en las arcadas gingivodentarias de la cavidad bucal.

La retención dentaria puede afectar a cualquier emplazamiento de la boca, ya sea en la zona palatina –área del paladar en el maxilar superior–, vestibular –la cara exterior de la arcada del maxilar– o lingual –en la cara interior de la arcada del maxilar–, y, según la posición que tome el diente, se usarán diferentes términos para describirla:

 

    • Diente incluido: este se refiere al diente que ha perdido la fuerza para erupcionar y, por lo tanto, permanece en el interior del maxilar, sin haber perforado el techo óseo. 
    • Diente enclavado: es aquel que, habiendo perforado el techo óseo, permanece total o parcialmente bajo la mucosa oral tras haber perforado el saco pericoronario. 
    • Diente impactado: es el que debido a una fuerza mecánica (contacto con otro diente) no ha llegado a perforar el techo óseo.

 

Etiología

La retención dentaria puede deberse a diferentes factores. Una de las causas más generalizadas es la falta de espacio para la alineación correcta de los treinta y dos dientes que conforman la dentición permanente, que empiezan a erupcionar a partir de los seis años de edad, así como la pérdida prematura de la dentición decidua (dientes temporales) o, por el contrario, su retención prolongada, traumatismos y herencia genética o una longitud excesiva de la corona habitual. Estos dos últimos, junto con la falta de espacio, son las causas más frecuentes para la retención de los terceros molares (conocidos como muelas cordales o del juicio), que suelen erupcionar entre los dieciséis y veinticinco años de edad del individuo. Otros factores que podrían influir en la retención dentaria y que por lo tanto precisarían también de un estudio radiológico preventivo son la presencia de dientes supernumerarios, historial de tumores y quistes o presencia de un diastema (separación de dientes) sin indicación de exodoncia.

 

Diagnóstico y tratamiento 

El método de diagnóstico utilizado para detectar la presencia de retención dentaria es la pantomografía, una radiografía panorámica en la que en una sola imagen pueden verse los maxilares superior e inferior y la disposición de los dientes.

Ante la presencia de una retención dentaria, y dependiendo de la funcionalidad del diente, se aplicará un tratamiento combinado de cirugía y ortodoncia para encaminar el diente hacia su correcta ubicación.

La alta frecuencia de la retención dentaria y sus patologías asociadas (caries, quistes, reabsorciones, dolor, adenopatías) hacen que este tratamiento sea una práctica muy común para los cirujanos bucodentales.

 

  

 

Fuentes:

“Estudio epidemiológico de las retenciones dentarias en una muestra de 2.000 pacientes”. Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Odontología, departamento de medicina y cirugía bucofacial. Alejandra Dutú Muzás.

“Retención dentaria”. Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Facultad de Estomatología. Rev Cubana Ortod 2000;15(2):82-5.

“Enfermedad periodontal asociada a la retención de terceros molares mandibulares”. Comunicaciones Científicas y Tecnológicas 2004. Universidad Nacional del Nordeste, Ciudad de Corrientes, Argentina. 

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