Como muchas otras patologías, las enfermedades bucales se transmiten de unas personas a otras mediante la saliva, el vehículo a través del cual viajan las bacterias. Habitualmente el contagio se produce al besar a nuestra pareja en la boca, pero también es muy frecuente que los padres contagien a los hijos. Los microbios que un padre o una madre tiene en su boca pueden pasar a la de sus hijos cuando se les besa en la boca, al limpiar el chupete o la tetina del biberón con la propia saliva, cuando se utiliza el mismo cubierto e, incluso, al soplar la comida del niño para enfriarla.
La transmisión de padres a hijos más frecuente es la caries, causada por una bacteria llamada Streptococcus mutans.
Las caries y las enfermedades de las encías, como la periodontitis, son dos ejemplos de enfermedades bucales contagiosas. La transmisión de padres a hijos más frecuente es la caries, causada por una bacteria llamada
Streptococcus mutans. Muchos padres, equivocadamente, piensan que las caries en los dientes de leche se resuelven cuando salen los dientes definitivos, pero esto no es así.
Un niño con caries en los dientes de leche tiene mayor riesgo de padecerla en los dientes definitivos porque el foco de infección se extiende más allá del diente. Incluso si a causa de la caries al niño se le cae un diente de leche, este hecho propiciará que el diente definitivo pueda salir torcido y, por lo tanto, necesitar ortodoncia para corregirlo.
También es importante señalar que la caries dental, como enfermedad infectocontagiosa, no discrimina edad, sexo, raza, etc.
Se estima que entre el 90 y el 95% de las personas adultas padecen o han padecido caries dental. El porcentaje de caries entre los niños también es alarmante: alrededor del 80% de los niños a los 6 años de edad ya padecen caries.
Parejas con periodontitis
Estudios científicos han demostrado que las parejas con periodontitis (o infección severa en las encías), con un tiempo mínimo de convivencia (por ejemplo, 10 años), tienden a presentar peor salud periodontal que las parejas con encías sanas. Debido a que las parejas comparten hábitos, es común que si uno no tiene una buena higiene bucal, el otro tampoco la tenga y eso, unido al hecho de que se comparten las bacterias durante mucho tiempo, podría permitir que las bacterias más periodontopatógenas pudieran asentarse en la boca de la pareja no afectada en un principio.
Además, la periodontitis es una infección asociada a un mayor riesgo de aparición y/o empeoramiento de enfermedades cardiovasculares (como el infarto o el ictus) y diabetes, por lo que es recomendable acudir al periodoncista para prevenir su aparición, desarrollo y posibilidad de contagio. Después de la fase de tratamiento, destinada a limpiar las bolsas de bacterias, se debe continuar con la fase de mantenimiento, una etapa fundamental que nunca debe saltarse ya que es la única manera de conseguir el control de la periodontitis a largo plazo.
Fuentes:
Sociedad Española de Odontopediatría
ABC – “Un único beso transmite más de 80 millones de bacterias”
SEPA