Uno de los mayores temores de los pacientes que acuden al dentista es el dolor. A pesar de los grandes avances médicos en esa área, el miedo a sentir dolor en la exploración o los tratamientos sigue estando presente. Para paliar el dolor y asegurar el confort del paciente se utiliza la anestesia que se aplica de variadas formas gracias al instrumental odontológico específico.
Dependiendo de la forma de aplicación de la anestesia nuestro dentista utilizará un tipo de instrumental u otro. Así, en la anestesia sin punción de la mucosa, o también tópica, se aplica mediante
cremas o espray.
Son empleados antes de la punción de la mucosa, esta vez sí ya con un sistema inyectable mediante jeringa y aguja.
Sobre las
jeringas anestésicas en odontología, existen
varios tipos en función de la técnica a realizar. Su forma es muy diferente a las tradicionales jeringas sanitarias, puesto que son reutilizables al utilizar un cartucho de anestésico que se retira una vez administrado. Estas jeringas suelen ser metálicas y el cartucho anestésico se coloca en la parte central. Aunque este tipo de jeringas son las más conocidas en el ámbito odontológico, las de plástico desechable también son utilizadas gracias a la ventaja de que permiten aspirar.
Los
cartuchos anestésicos que se colocan en las jeringas son de cristal o polipropileno y tienen una forma alargada estándar. En uno de los extremos se sitúa una tapa de goma que, presionado por el émbolo de la jeringa, se desliza fácilmente por el cartucho para desalojar el anestésico. En el otro extremo del cartucho hay una cubierta de aluminio que sostiene el diafragma de goma muy delgada que permite ser atravesado por la parte posterior de la aguja y permitir así el paso de la solución.
El tercer elemento imprescindible para la anestesia son las
agujas. Éstas son especiales y están
diseñadas para enroscarse en las jeringas. Suelen ser de
acero inoxidable y están envasadas en recipientes estériles. El grosor o longitud de las agujas varía en función de la técnica que utilizará el dentista: técnicas anestésicas infiltrativas (agujas cortas y ultracortas) y técnicas anestésicas tronculares (agujas largas y más gruesas). Además están biseladas en el extremo punzante y éste debe introducirse siempre hacia arriba para no lesionar los tejidos.
Para facilitar al dentista y al auxiliar su trabajo,
las agujas están identificadas por colores atendiendo a un código internacional: amarillo para aguja larga, naranja para corta, azul para corta delgada y violeta para extracorta.
Las agujas solo se utilizan en un paciente y tras su uso se destruyen depositándolas en contenedores de residuos punzantes sanitarios.
Como el resto de instrumental dental, el destinado a la anestesia se organiza y coloca en bandejas destinadas a tal fin. Con ello se persigue un fácil y estandarizado acceso a todos los instrumentos por parte del especialista sin prácticamente retirar la vista de su paciente.
Fuentes:
“
Instrumental Dental I”
“
La anestesia y la sedación”.
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