La hipersensibilidad dental es un problema muy frecuente que afecta a una de cada cinco personas. Normalmente, la dentina, la parte interna de los dientes, está cubierta por el esmalte, pero a veces este esmalte se desgasta, perdiendo la dentina su protección natural.
Entonces, diversos estímulos térmicos (como el contacto con alimentos muy fríos o muy calientes), químicos (como ingerir alimentos muy ácidos) o táctiles pueden transmitirse a través de la dentina hasta el nervio, causando dolor.
La hipersensibilidad dental es un problema muy frecuente que afecta a una de cada cinco personas.
La hipersensibilidad dental se puede tratar. En muchos casos, basta con utilizar un producto específico diseñado para aliviar esta molestia.
No obstante, el primer paso es identificar sus posibles causas. Estas son las diez causas más comunes de hipersensibilidad dental:
- Cepillarse los dientes con demasiada fuerza. El cepillado muy enérgico o con cepillos de filamentos muy duros desgasta con el tiempo la capa protectora de los dientes. Una forma sencilla de evitarlo es cepillarse con menos fuerza o utilizar cepillos de filamentos más suaves.
- Ingerir alimentos ácidos. Hay que procurar no abusar de alimentos ácidos que pueden contribuir a erosionar el esmalte, como los cítricos, el yogur, la salsa de tomate o algunos refrescos.
- Rechinar los dientes (). Algunas personas, de forma consciente o inconsciente, frotan los dientes superiores contra los inferiores, produciendo un ruido característico. Este fenómeno es más frecuente por las noches, durante el sueño. Una buena medida para proteger los dientes es utilizar una férula de descarga durante el descanso nocturno.
- Enfermedad de las encías (gingivitis). El deterioro de las encías es un problema bastante común que afecta más a las personas que no mantienen una adecuada higiene dental. Si la sensibilidad se debe a esta causa, es necesario visitar al dentista para que aplique el tratamiento más adecuado en cada caso. Mantener una buena higiene dental ayudará a prevenir la gingivitis.
- Tener un exceso de placa dental. El propósito de la limpieza mecánica mediante un cepillo de dientes y la limpieza interproximal con hilo dental es eliminar la placa que se forma después de comer, que puede desgastar el esmalte.
- Tener una caries. Esta patología tan común es también una de las causas más frecuentes de sensibilidad dental, porque se destruye el esmalte.
- Algunos tratamientos odontológicos. La cirugía periodontal, la limpieza profesional y, en menor grado, los tratamientos de blanqueamiento pueden provocar sensibilidad dental pasajera.
- Elegir dentífricos abrasivos. Algunos dentífricos para blanquear los dientes contienen sustancias abrasivas que pueden dañar el esmalte. Si el dentífrico fuera el culpable de la sensibilidad dental, se cambiará de marca siguiendo las recomendaciones del dentista.
- Abusar de los enjuagues dentales. Algunos enjuagues contienen alcohol y otras sustancias que pueden hacer que los dientes sean más sensibles. La solución es cambiar de enjuague. Los más adecuados son los neutros y con flúor.
- Dientes agrietados. Un diente roto o astillado puede producir un dolor que vaya más allá de la sensibilidad dental. El dentista tendrá que evaluar cómo está ese diente para decidir el tratamiento más correcto.
Si la hipersensibilidad fuera extrema o persiste a pesar de las medidas preventivas, es importante acudir al dentista para que evalúe el problema y pueda aplicar la mejor solución.