La prevención está de moda. Así se ha puesto de manifiesto en una presentación realizada este fin de semana en el Colegio de Odontólogos de Madrid. Se presentaba un Vademécum de productos de higiene bucal que ha realizado el Departamento de Odontología Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid, y en el que han colaborado distintas empresas dedicadas al mundo de la higiene bucal.

Y es que prevenir puede salir mucho más barato que curar. Estamos acostumbrados a ir al odontólogo cuando tenemos un problema y no para escuchar que está todo bien. ¿No sería eso mucho mejor? ¿No preferiríamos pagar para que nos digan que todo está bien y que simplemente necesitamos una profilaxis? En cambio, pensamos que eso tiene que ser gratis y solo estamos dispuestos a pagar cuando nos hacen ‘algo’ en la boca.

Eso no significa para nada que los tratamientos se vayan a acabar. Ni mucho menos, los tratamientos en odontología siempre van a ser necesarios y la tecnología va a permitir que sean más sofisticados y menos invasivos.

La prevención en salud bucal significa sobre todo tener una buena higiene bucal diaria. Y eso se consigue con dedicación y concienciación. Cepillarse todos los dientes y todas sus caras durante al menos dos minutos y al menos dos veces al día con una pasta dentífrica de calidad es uno de los puntos clave. El otro, y eterno olvidado, es la higiene interdental. El uso de sedas o hilos dentales, cuando la papila interdental ocupa todo el espacio entre dientes, o de cepillos interproximales cuando estos se pueden introducir entre dientes va a marcar la diferencia en salud bucal ya que es esos espacios donde empiezan la mayoría de patologías y trastornos bucales. Podemos acompañar la higiene de colutorios que van a aportar un extra de limpieza y frescor a nuestra boca.

Así mismo, la revisión en la clínica dental cada 6 meses es la otra pieza clave en la prevención de salud bucal. Es en esa revisión donde el odontólogo podrá observar cual es la evolución de nuestra boca y podrá reafirmarnos en caso de estar haciéndolo bien o corregir lo que sea necesario. Del mismo modo, puede realizarse una profilaxis o higiene profesional para retirar toda la placa o biofilm, y sarro o cálculo que se haya acumulado durante esos meses. Y si durante ese tiempo ha aparecido alguna patología, siempre será más fácil tratarla de un modo incipiente que cuando ya está más avanzada.

Todo esto parece muy razonable pero desafortunadamente no se lleva a la práctica ya que existe aún una mentalidad poco preventiva en la sociedad y muy basada en la resolución del problema una vez ya se ha instaurado. Esa resolución va a comportar sin duda más gastos que el propio hecho de prevenirlos y además con las consecuencias biológicas que puede comportar la realización del tratamiento.

Sin duda, la prevención es el futuro de la odontología y solo a través de la prevención conseguiremos tener una sociedad con una buena y larga salud bucal durante sus vidas.

Xavier Calvo