Consejos para una boca sana
20 sep 2018
Cada vez hay más pacientes que acuden a la consulta dental y se encuentran bajo un tratamiento con anticoagulantes orales debido al riesgo de padecer un tromboembolismo.
Los anticoagulantes orales clásicos como el Sintrom® (acenocumarol), permiten disponer de un control mediante un índice estandarizado que nos informa del tiempo de protrombina del paciente respecto al tiempo de protrombina de una persona sana. Esto es lo que se conoce como el INR y es obligatorio disponer de esta información antes de realizar cualquier procedimiento en la consulta que comporte un riesgo de sangrado. En general sabemos que un valor de INR inferior a 3 nos da seguridad a la hora de realizar procedimientos dentales que por lo general se consideran de bajo riego hemorrágico1
Sin embargo, la introducción de los nuevos anticoagulantes orales supone un reto para el profesional dental ya que no se dispone del mismo control. Hoy en día los más utilizados son Pradaxa® (Dabigatran), Xarelto® (Rivaroxaban) y Eliquis® (Apixaban). Como en cualquier situación de tipo médico, la interconsulta con el cardiólogo es imperativa ya que es el profesional que debe dar las indicaciones de cómo proceder en cada caso determinado. De todas formas y como profesionales de la salud que somos, debemos conocer el tipo de actuación que se recomienda.
En general, si el procedimiento dental tiene un riesgo hemorrágico mínimo no debe suspenderse la toma del fármaco ya que es más peligroso que aumente el riesgo de tromboembolismo. Si el procedimiento dental entraña un cierto riesgo hemorrágico se puede considerar suspender la dosis anterior al procedimiento, o realizar éste lo más alejado posible de la última toma. También puede suspenderse justo la dosis siguiente. Por último, cuando existe un riesgo hemorrágico elevado, por el tipo de paciente en este caso, se debe suspender el fármaco entre 24 y 72h previas a la intervención y retomarlo el día depués2. Son precisamente estos casos los más complejos de valorar ya que si el paciente no está bien controlado sistémicamente es cuando podemos tener una complicación hemorrágica que no podamos controlar en la consulta dental y que debe ser atendida en un servicio de urgencias hospitalarias.
Así mismo es muy importante realizar en clínica las medidas de hemostasia oportunas y preparar los casos de forma que el día de la intervención la inflamación sea lo más mínima posible. En este sentido, la utilización de antisépticos como la clorhexidina en enjuagues bucales, puede ayudarnos reducir las cargas microbianas y con ello la inflamación de los tejidos.
En resumen, es de vital importancia realizar una historia clínica exhaustiva de nuestros pacientes y hacer las interconsultas médicas necesarias antes de realizar cualquier tipo de tratamiento dental que pueda generar una situación realmente incómoda y peligrosa tanto para el paciente como para el personal de la consulta dental.
Xavier Calvo
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