Actualidad para los profesionales de farmacia
18 jun 2019
Más de una veintena de sociedades científicas, de distintas disciplinas, se han puesto de acuerdo y han elaborado una serie de recomendaciones sencillas, prácticas y útiles para hacer frente a un problema creciente en la práctica clínica, como es el manejo perioperatorio y periprocedimiento del tratamiento antitrombótico.
El número de pacientes en tratamiento anticoagulante está aumentando significativamente en los últimos años. Se estima que más de 800.000 pacientes se encuentran anticoagulados en España, fundamentalmente por fibrilación auricular (FA). Por otro lado, se ha incrementado el uso de fármacos antiagregantes como prevención secundaria de la enfermedad ateroesclerótica y debido a una mayor tasa de intervenciones coronarias percutáneas (ICP) e implante de stents.
Dado que en la mayoría de los casos se trata de un tratamiento crónico, es de esperar que a lo largo de la vida de un paciente con terapia antitrombótica sea necesaria la realización de un procedimiento quirúrgico o intervencionista que pueda requerir su interrupción. Este hecho adquiere gran relevancia con el tratamiento antiagregante, puesto que su interrupción prematura se asocia con mayor riesgo de eventos cardiovasculares, entre ellos la trombosis del stent.
La decisión de retirar o mantener dicho tratamiento estará determinada, por un lado, por el riesgo trombótico y, por otro, por el riesgo hemorrágico. De la interacción entre estos dos factores dependerá la actitud ante la anticoagulación y la antiagregación.
Ante esta situación, se hacía necesaria la determinación de una serie de consejos básicos a seguir en estos casos. Como destaca la Dra. Elena Figuero, miembro del Grupo de Trabajo SEPA-SEC y profesora de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de Madrid, “es la primera vez que tenemos un documento, liderado por el grupo de trombosis de la Sociedad Española de Cardiología y que cuenta con el consenso de 20 sociedades científicas, entre las que se encuentra SEPA, con el fin de poder establecer un protocolo de actuación ante pacientes que están tomando medicación antiagregante o anticoagulante y que necesiten realizar algún procedimiento con cierto riesgo de sangrado”.
Según los participantes en este consenso, era imprescindible contar con un documento de estas características en nuestro medio. Y es, aunque se han publicado recomendaciones acerca del manejo perioperatorio del tratamiento antitrombótico, su implementación en la práctica clínica es escasa. Muchas no engloban a todos los protagonistas del proceso perioperatorio (cirujanos, anestesiólogos, etc.), otras se ciñen únicamente a un campo determinado de actuación (como las endoscopias) e incluso algunas se han quedado obsoletas con la aparición de nuevos tratamientos farmacológicos.
Por estas razones, se creó un grupo de trabajo, coordinado desde la Sociedad Española de Cardiología y formado por representantes de la mayoría de las sociedades científicas que participan en el proceso asistencial del paciente durante el periodo perioperatorio o periprocedimiento. Como resultado de ese trabajo, nace este documento de consenso que, de un modo práctico y directo, propone una serie de recomendaciones acerca del manejo de los fármacos antitrombóticos en estos escenarios, certificadas por todas las sociedades participantes, con el fin de homogeneizar la práctica clínica diaria.
En este documento de consenso han participado expertos de las siguientes sociedades científicas: Sociedad Española de Cardiología (SEC), Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR), Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV), Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular (SECTCV), Asociación Española de Cirujanos (AEC), Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Sociedad Española de Neurocirugía (SENEC), Sociedad Española de Oftalmología (SEO), Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI), Sociedad Española de Traumatología y Cirugía Ortopédica (SECOT) y Asociación Española de Urología (AEU).
Del ámbito de la Odontología, solo se ha contado con la participación de expertos de SEPA: Elena Figuero, Antonio Bujaldón y Adrián Guerrero. En concreto, han sido los encargados de clasificar cada uno de los procedimientos que se realizan de forma más o menos rutinaria en una clínica odontológica en función del riesgo hemorrágico asociado (bajo, medio o alto).
En general, para los profesionales de la Odontología, tal y como resalta la Dra. Figuero, “esta colaboración interdisciplinar monográfica se concreta en dos recursos de especial interés formativo e informativo, así como de utilidad práctica”.
Por un lado, se ha generado un artículo publicado en la revista de la Sociedad Española de Cardiología en el que se revisa la evidencia científica actual sobre los anticoagulantes y antiagregantes, así como los algoritmos consensuados entre todas las sociedades para determinar el protocolo que se debe seguir para manejar a estos pacientes ante cualquier intervención con riesgo de sangrado; es decir, apostilla la Dra. Figuero, “si se quiere estar al día desde el punto de vista científico, recomiendo leer este artículo de consenso”.
Por otra parte, se ha diseñado una aplicación gratuita para su descarga en el móvil o en el ordenador, que ofrece todos los algoritmos del artículo implementados, de tal modo que introduciendo una información sencilla relacionada con la medicación que toma el paciente, su edad, sus enfermedades sistémicas y el tipo concreto de procedimiento odontológico que se vaya a realizar, determina si el paciente debe modificar su tratamiento farmacológico, cuando hacerlo, si precisa algún tipo de terapia puente y cuándo puede volver a reinstaurar su medicación habitual.
Como aconseja la Dra. Elena Figuero, “se debería revisar este consenso, o más concretamente la aplicación, siempre que estemos ante un paciente que esté tomando medicación antiagregante o anticoagulante, de tal forma, que tengamos la capacidad de valorar la necesidad o no de modificar esta medicación”. En este sentido, esta experta recuerda que “estas pautas están consensuadas con la SEC, por lo que, en casos de pacientes controlados, nos permite poder modificar nosotros sus pautas de tratamiento, sin necesidad de tener que remitir a este paciente a su médico general”.
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