Gingivitis y Periodontitis
La alteración del equilibrio de las bacterias que habitan en la boca y la acumulación del biofilm bucal (placa bacteriana) pueden producir la inflamación y el sangrado de las encías, dando lugar a enfermedades de las encías que se desarrollan tanto sobre dientes (gingivitis y periodontitis) o sobre implantes dentales (mucositis periimplantaria y periimplantitis).
La alteración del equilibrio de las bacterias que habitan en la boca y la acumulación del biofilm bucal (placa bacteriana) pueden producir la inflamación y el sangrado de las encías, dando lugar a enfermedades de las encías que se desarrollan tanto sobre dientes (gingivitis y periodontitis) o sobre implantes dentales (mucositis periimplantaria y periimplantitis).
La gingivitis es una reacción inflamatoria de la encía, de carácter reversible. Es fácilmente visible a la inspección y se produce en respuesta al acumulo de biofilm oral. Es la forma más frecuente de las enfermedades del periodonto (tejido de soporte del diente), se presenta en todas las edades de los sujetos dentados. Si la gingivitis no es tratada, podría evolucionar y progresar hasta convertirse en periodontitis.
De igual modo que sucede en dientes naturales, en dientes que han sido sustituidos con implantes dentales también la mucosa de alrededor del implante se puede ver afectada por el biofilm oral. De hecho estos tejidos, llamados tejidos periimplantarios, presentan menor capacidad de respuesta frente a la agresión del biofilm oral en comparación con los tejidos periodontales.
Las enfermedades de las encías se producen por la acumulación de biofilm bucal, que es el principal agente etiológico de estas enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis) y periimplantarias (mucositis periimplantaria y periimplantitis).
Generalmente se observa enrojecimiento, inflamación y sangrado de la encía. Al mismo nivel se encuentra la mucositis periimplantaria, en la que se observa una inflamación, enrojecimiento y sangrado de la mucosa que rodea al implante.
Se caracteriza por presentar enrojecimiento, inflamación, sangrado y otros síntomas derivados de la destrucción del tejido periodontal: recesiones de la encía, movilidad dentaria y pérdida de hueso alveolar que da soporte a los dientes. De igual modo, la periimplantitis se caracteriza por una inflamación, sangrado, recesiones de la mucosa, recisiones de la encía y pérdida de hueso alveolar que soporta al implante.
Actualmente, entre el 60% y el 75% de las mujeres embarazadas sufren gingivitis, conocida como gingivitis del embarazo, que suele empeorar a partir del segundo trimestre.
El 50% de las mujeres con gingivitis antes del embarazo pueden sufrir empeoramiento del estado periodontal, llegando incluso a periodontitis.
En los meses de gestación existe un aumento de la permeabilidad vascular que puede favorecer, en caso de enfermedad periodontal severa, a que las bacterias periodontopatógenas y los mediadores de la inflamación locales puedan diseminarse de forma sistémica, llegando a otros órganos e incluso a la placenta, aumentando el riesgo de desarrollar complicaciones en el recién nacido. Puede diseminarse de forma sistémica afectando a la placenta y aumentando el riesgo de desarrollar complicaciones en el recién nacido: parto prematuro, bajo peso al nacer o preclampsia / eclampsia.
Por eso, la prevención tiene un papel primordial. Durante el embarazo se recomienda prestar especial atención a la higiene bucal diaria a través de un control físico del biofilm bucal, con cepillo dental específico para el cuidado de encías e higiene interproximal; y un control químico con dentífricos y colutorios, que contengan antisépticos seguros y eficaces como el Cloruro de Cetilpiridinio (CPC).
La prevención y el tratamiento de estas patologías periodontales y periimplantarias se deben centrar en la aplicación de medidas antiinfecciosas.
El objetivo es conseguir la desestructuración mecánica del biofilm oral (placa bacteriana) y la reducción de bacterias que causan patologías a niveles compatibles con la salud.
Para ello, es necesario realizar tratamientos combinados que incluyan un tratamiento mecánico y químico. El tratamiento mecánico, a base de cepillos, ayuda a desestructurar el biofilm oral; sin embargo, presenta ciertas limitaciones. Por ello, el uso de antisépticos, como la Clorhexidina y el Cloruro de Cetilpiridinio, son de máxima utilidad como coadyuvante químico al tratamiento mecánico de control del biofilm oral.
Si se observan cambios en las encías, es importante visitar cuanto antes a un dentista. Su exploración y tratamiento será clave para poder recuperar la salud de las encías y prevenir la evolución de estas patologías.