Los besos tienen numerosos efectos en el organismo, como por ejemplo, nos pueden ayudar a determinar si una pareja es la ideal a través de ciertos componentes químicos que contiene la saliva.
Cuando nos besamos, transmitimos sentimientos como la pasión, amor, y… bacterias. En concreto, un estudio ha demostrado que en un beso íntimo (definido como un beso con contacto entre las lenguas de los participantes) de 10 segundos de duración se intercambian 80 millones de bacterias entre las bocas de los participantes.
En la cavidad bucal existen más de 700 especies de bacterias diferentes, que además varían en cada persona tanto de forma cuantitativa como cualitativa: es decir, la población bacteriana bucal de cada individuo es, a priori, única.
Sin embargo, durante la realización de este estudio se observa además, que las parejas tienden a tener una población bacteriana en la lengua más similar que entre individuos no relacionados, siendo esta similitud aún más pronunciada en aquellas parejas que se besan, al menos, 9 veces al día. Esto quiere decir que, además de intercambiar bacterias en el momento del beso, éstas encuentran en las superficies linguales un lugar que colonizar a largo plazo. En la saliva, esta similitud no es tan evidente en periodos largos, ya que hay que tener en cuenta que producimos y tragamos saliva constantemente, por lo que la microbiota salival es “compartida” de forma temporal.
Los datos del estudio muestran que cuanta mayor sea la frecuencia de besos íntimos, mayores similitudes se encontrarán en el microbiota bucal, particularmente en la saliva (como comentábamos, de forma temporal. Al menos se requiere una media de 9 besos diarios para obtener una similitud superior al 50% en saliva, mientras que el efecto de un único beso es limitado.
Por tanto, la identificación de los factores que puedan determinar la temporalidad o permanencia de las bacterias colonizadoras en boca podría contribuir al desarrollo de nuevas estrategias para prevenir o curar infecciones orales.
Por otra parte, besar provoca diversos beneficios en el cuerpo humano, siendo particularmente importante a nivel bucal la estimulación de la producción de saliva.
Este aumento de saliva provoca ayuda a equilibrar el pH en caso de que sea necesario y así evitar largos periodos de desmineralización de los dientes, protegiendo así el diente frente a la caries, a la vez que lo remineraliza mediante el aporte de iones que se encuentran en suspensión en la saliva.
La saliva además, regula la presencia de bacterias en la boca, por lo que contribuye a la disminución de la halitosis, que a su vez, en caso de que esté presente, puede comprometer acciones como los besos.