En la odontología, se denomina pacientes especiales a aquellos que debido a discapacidades físicas o psicológicas, enfermedades o el tratamiento que reciben, necesitan unos cuidados bucales específicos.
Estos pacientes presentan determinadas condiciones que pueden repercutir sobre su salud bucal:
- Anatomía y fisiología bucales
- Comportamiento
- Medicación
- Dificultad para realizar la higiene bucal
Anatomía y fisiología bucales
Algunas discapacidades y enfermedades cursan con alteraciones bucales como alteraciones en la erupción dental (retraso, falta congénita de dientes), maloclusión por mal desarrollo de arcadas dentarias, alteración del tamaño de la boca y/o lengua, mucosa oral más frágil, etc. Estas alteraciones, además de dificultar la realización de la correcta higiene bucal, puede favorecer además la aparición de otros problemas como la xerostomía (por ejemplo, por respiración bucal).
Comportamiento
Determinados comportamientos de los pacientes especiales pueden afectar a la salud bucal, desde provocarse autolesiones en la cavidad oral hasta el grado de cooperación que muestren para la realización de la higiene bucal (ya sea realizada por el propio paciente o, en caso de ser necesario, por un cuidador). Los pacientes con desórdenes alimentarios (por ejemplo: bulímicos) pueden tener vómitos repetitivos, lo que puede afectar al esmalte de los dientes provocando erosión y, por tanto, favorecer la aparición de hipersensibilidad dental. Existen otros comportamientos perjudiciales, como el hábito tabáquico, considerado factor de riesgo de la enfermedad periodontal y del cáncer oral
Medicación
Con frecuencia, los pacientes especiales deben tomar medicación para controlar su enfermedad o su discapacidad. Existen numerosos fármacos que producen efectos adversos en la cavidad bucal, como xerostomía (efecto adverso más frecuente), sialorrea, agrandamiento gingival, glositis, disgeusia, etc. No se debe olvidar además, que algunos de estos medicamentos pueden contener excipientes azucarados, lo que podría contribuir al desarrollo de caries. El médico deberá valorar si es posible cambiar la medicación en caso de que los efectos adversos sobre la cavidad bucal sean graves.
Dificultad para realizar la higiene bucal
Los pacientes especiales pueden presentar limitaciones para realizar la higiene bucal de forma correcta, lo que permite la acumulación de biofilm en estos espacios.
Si bien no hay ninguna patología bucal exclusiva de los pacientes especiales, existe una elevada prevalencia de las enfermedades de las encías y la caries. Por ello, es muy importante instruir a estos pacientes (o a sus cuidadores en caso de que sus limitaciones físicas y psíquicas lo impidan) en técnicas de higiene bucal y conseguir que incluyan el hábito en su rutina diaria.
El cepillo debe estar adaptado a las condiciones del paciente (cabezal de pequeño tamaño, mango de fácil agarre, filamentos de calidad, etc.) o, en caso de ser necesario, para el uso por el cuidador. Es muy importante el desempeño de una correcta técnica (aquella con la que el paciente/cuidador se sienta cómodo). El uso de cepillos eléctricos puede facilitar la tarea en este grupo de pacientes.
Las pastas dentífricas y colutorios (siempre que el paciente domine el reflejo de la deglución) con antisépticos de uso diario como el CPC ayudan a prevenir la enfermedad de las encías. Es recomendable que contengan flúor para la prevención de la aparición de caries.
Es muy importante incorporar la higiene interproximal en la rutina de higiene bucal diaria. Los cepillos interproximales, debido a su fácil manejo, son la herramienta de elección para el manejo por pacientes especiales. En caso de que los espacios interproximales sean muy estrechos, se recomienda el uso de la seda o hilo dental con aplicadores de hilo.
En aquellos pacientes que no tengan un buen control de placa, puede ser útil el uso de geles y sprays de clorhexidina.
Como indicaba la Dra. Elena Lucerón en el curso de Pacientes Especiales de Aula Dentaid,
para el tratamiento de los pacientes especiales la mayor adaptación debe realizarse en la mente del profesional, procurando un cambio de actitud más que un cambio de las instalaciones de la clínica dental.
Ernesto de la Puente Ruiz