El raspado y alisado radicular es la técnica que utilizan los odontólogos, sobre todo los que se dedican a la periodoncia, e higienistas para el tratamiento no quirúrgico de la enfermedad periodontal.

Esta enfermedad de naturaleza infeccioso-inflamatoria, y especialmente en su forma más destructiva que es la periodontitis, destruye los tejidos de soporte de los dientes y hace que éstos se vayan debilitando con el paso del tiempo. Al destruirse los tejidos periodontales se acostumbran a formar bolsas en la encía alrededor de los dientes que permiten el acúmulo continuo de biofilm o placa dental primero y cálculo o sarro subgingival después. El acúmulo de biofilm y cálculo inicia y perpetua la reacción inflamatoria que, en caso de no tratarse, acaba por destruir los tejidos que rodean al diente y provocando su pérdida.

El raspado radicular que tiene como objetivo principal desestructurar el biofilm y eliminar el cálculo depositado sobre las raíces dentales. Se puede realizar bien mediante aparatos sónicos o ultrasónicos que suelen ser más fáciles de utilizar y acortan el tiempo de trabajo, o bien mediante instrumentos manuales coma las curetas, que, aunque son más difíciles de manejar, aportan más precisión y control a la instrumentación radicular. También pueden combinarse ambas técnicas para obtener un acabado lo más perfecto posible. Al mismo tiempo el alisado radicular pretende dejar la superficie del diente lo más pulida o lisa posible y eliminar las toxinas que se encuentran en la parte más superficial de la raíz del diente. Es muy importante en este paso no eliminar en exceso el cemento radicular que cubre la raíz para permitir una buena inserción de las fibras periodontales durante el periodo de curación.

El raspado y alisado radicular puede realizarse en varias sesiones, ya sea dividiendo la boca en cuadrantes o por lados o arcadas, e incluso puede realizarse en una sola sesión. Así mismo suele acompañarse del uso coadyuvante de antisépticos con clorhexidina en forma de enjuagues bucales. Este antiséptico ha demostrado un buen control de las bacterias más patógenas que residen en la cavidad bucal y que pueden comprometer el resultado del raspado y alisado radicular a corto y medio plazo (1). Del mismo modo el uso de clorhexidina produce un control microbiológico de otros nichos bucales no tratados durante el raspado y alisado radicular como pueden ser las mucosas bucales, el paladar, la lengua e incluso las amígdalas.