Consejos para una boca sana
26 mayo 2022
En el Informe de Salud Bucodental del 2003 de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se destacó que “existen razones de carácter ético, moral y práctico sobre por qué los equipos de salud bucodental pueden desempeñar un papel importante a la hora de ayudar a los pacientes a dejar el tabaco”. Lejos de quedar obsoleta, esta recomendación está más vigente y es más necesaria que nunca.
El consumo de tabaco es la principal causa de enfermedad y muerte prevenible en el mundo, y preocupa también por sus efectos adversos en zona orofaríngea. Pero, a pesar de que la población está informada de sus efectos devastadores en la salud y de las graves repercusiones económicas, sigue fumando un alto porcentaje de la población (alrededor de un 22% en España). A esto se une el difícil manejo de esta enfermedad crónica, adictiva y con alto riesgo de recaídas. Por eso, evitar el consumo de tabaco es uno de los mayores desafíos para todos los profesionales de la salud.
El 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin Tabaco, una buena oportunidad para sensibilizar a la población general sobre los beneficios que se derivan de la cesación tabáquica y también para concienciar a todos los profesionales que forman parte del equipo odontológico sobre el papel clave que pueden tener en este ámbito. De hecho, en anteriores campañas de la OMS se ha hecho hincapié en que los profesionales sanitarios (incluidos profesionales de la salud bucodental) son los que tienen mayores posibilidades que ningún otro grupo social de promover la reducción del uso del tabaco.
Consulta dental, un aliado frente al tabaquismo
Y es que la consulta dental ofrece un escenario único para abordar el tabaquismo: los usuarios suelen estar muy receptivos al consejo sanitario y motivados para mejorar su estilo de vida. La evidencia demuestra que el consejo breve realizado por un profesional de la salud puede ser muy efectivo. Por eso, se anima a incorporarlo en cada visita, preguntar a todos los pacientes en cada cita y documentar la respuesta.
En Atención Primaria, el 90% de los médicos tratan habitualmente a los pacientes que quieren dejar de fumar, y un 77% de estos tienen predisposición elevada a la prescripción de fármacos. En comparación, en el ámbito odontológico, aunque un porcentaje alto de los profesionales del equipo dental se interesan por el paciente y preguntan sobre su conducta frente al tabaco, sólo unos pocos se implican en programas de cesación tabáquica, y si lo hacen es con un enfoque psicosocial.
Se trata de realizar una labor de equipo: todo el personal de la clínica debe estar involucrado en el proceso de cesación tabáquica por diferentes motivos:
* El equipo de la clínica está formado por diferentes profesionales de salud: dentistas, higienistas, auxiliar de clínica…que tienen una responsabilidad y afinidad por mejorar la salud de los pacientes en términos generales. Son fuentes fiables de información y asesoramiento sanitario, siendo considerados un modelo de conducta a seguir por parte de los pacientes.
Desde SEPA se recalca que ahora es el momento perfecto para dejar de fumar y adoptar un estilo de vida más saludable, aprendiendo a comer mejor, a hacer más ejercicio y a controlar mejor el estrés. Y es que los efectos beneficiosos de la cesación tabáquica tienen una repercusión positiva no sólo en el consumidor, sino también en sus familiares más cercanos, y son múltiples a nivel sistémico (es decir, en todo el organismo) y, como no, también a nivel bucodental.
Motivos no faltan
Son muchos los motivos de salud que justifican dejar de fumar. Desde la salud periodontal se pueden esgrimir varias razones de peso para plantear el cese definitivo de esta perniciosa costumbre. El consumo de tabaco afecta a la boca no solamente por la gran cantidad de sustancias químicas tóxicas que contiene, sino también por el calor que se genera en la combustión. El tejido que rodea a los dientes sufre especialmente las consecuencias de esta negativa influencia. La encía recubre y protege los tejidos de soporte del diente (el hueso, el cemento y el ligamento periodontal); el tabaco se erige, por lo tanto, en uno de los principales enemigos de las encías sanas.
Entre otros muchos, desde la perspectiva de la salud bucal hay argumentos de peso para decidir abandonar este hábito (y sin contar con la reducción del riesgo de desarrollar cáncer oral):
A nivel bucodental, el cese del hábito tabáquico no solo va a permitir reducir el riesgo de padecer cáncer oral, sino que también reduce el riesgo de desarrollar una periodontitis (y de que ésta sea más grave), la incidencia de leucoplasia oral (muchas de estas lesiones, incluso, desaparecerán) y la halitosis. Ya a las 4-6 semanas de abandonar el hábito tabáquico, empieza a recuperarse la vascularización de la encía, lo que facilitaría, entre otras cosas, un diagnóstico más temprano de las enfermedades periodontales y, por tanto, una mejor respuesta a los diferentes tratamientos.
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