Actualidad para profesionales de la odontología
09 ene 2020
El asma es una enfermedad crónica, muy frecuente en el ámbito mundial, que afecta mayormente a la población pediátrica. Se trata de un problema de salud pública importante que no solo repercute en la salud general, sino también en la salud bucodental. El tratamiento farmacológico se administra fundamentalmente por vía inhalatoria, por lo que una elevada cantidad de estos medicamentos queda depositada en la zona bucofaríngea. Por ese motivo, es importante conocer sus efectos locales.
Se ha observado que el uso de los inhaladores, sobre todo en forma de polvo seco, disminuye el pH bucal, por lo que la aplicación de colutorios de flúor ayudará a contrarrestar los posibles efectos derivados de la bajada de pH, reforzando el esmalte dental en este ambiente ácido y ayudando a prevenir la caries dental.
Parece que hay consenso en lo que se refiere a afirmar que el uso de corticoides inhalados favorece la infección por Candida spp, con especial propensión a aparecer en las zonas donde se deposita el aerosol, y que el grado de candidiasis está relacionado con la dosis del fármaco y su frecuencia de uso. Esta medicación puede causar alteraciones del flujo salival, tanto en calidad como en cantidad, y ocasionar la modificación y reducción de su función protectora.
Se puede decir que la utilización de medicamentos para el tratamiento de las afecciones respiratorias no infecciosas por vía inhalatoria, tanto en uso preventivo como en crisis agudas, se relaciona con reacciones adversas a nivel dentario y de los tejidos orales (erosión y/o caries dental, gingivitis, halitosis, xerostomía y candidiasis). Toma especial relevancia la administración de algunos corticoides que cuentan con un pH bajo y que pueden afectar al esmalte de los dientes en los pacientes asmáticos que los consumen con regularidad.
La atención a la salud de este tipo de pacientes requiere un abordaje multidisciplinario. Estas son algunas de las acciones que podemos llevar a cabo:
• Informar a los pacientes y/o a los padres del riesgo de padecer enfermedades bucodentales, ya que se sabe que el uso del inhalador influye en la variación del pH salival y favorece la caries dental en los pacientes asmáticos.
• Recomendar beber agua a menudo para compensar la xerostomía.
• Programar un mayor número de revisiones dentales y aplicar un programa preventivo adecuado (flúor tópico, aplicación de remineralizantes, colocación de selladores de fosas y fisuras) en el que se incluya el control del cepillado y de la dieta.
• Aconsejar el enjuague de la boca después de usar el inhalador. Esto puede que no sea suficiente para eliminar los residuos del medicamento, por lo que es necesario que se cepillen los dientes dejando un espacio de tiempo entre el uso del inhalador y el cepillado.
Leonor Martin-Pero Muñoz,
Higienista dental. Comisión de Prevención y Salud Oral del Colegio Profesional de Higienistas Dentales de Madrid.
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