Actualidad para los profesionales de farmacia
02 ago 2014
Existe una amplia información científica sobre el riesgo incrementado de padecer enfermedad periodontal en pacientes diabéticos pobremente controlados. El riesgo en este caso se multiplica por tres. Por tanto, el control de la diabetes es un factor decisivo en la capacidad del dentista para tratar la infección periodontal.
En la actualidad, se está investigando mucho sobre la posible influencia que el tratamiento de la enfermedad periodontal puede tener en la evolución de la diabetes. Estudios realizados en indios de Arizona, con una especial predisposición genética a la diabetes, demostraron que la mortalidad de causa cardiaca y renal era 3,2 veces mayor en personas que además padecían enfermedad periodontal avanzada. Metaanálisis de estudios de intervención realizados en los Países Bajos sugieren que el control periodontal puede mejorar los niveles de glucemia.
Aunque la evidencia en este sentido no es tan consistente como en el apartado anterior, hoy disponemos de información suficiente que apoya la existencia de una relación bidireccional entre diabetes y periodontitis y el beneficio que el control de cada una de ellas puede tener en la otra.
El diagnóstico precoz de la diabetes es fundamental para tomar las medidas necesarias antes de que se produzcan desórdenes orgánicos irreversibles. Esta necesidad ha sido enfatizada por autores del grupo de P. M. Preshaw (2012), en una publicación en la revista Diabetologia.
Frente al modelo tradicional de atención periodontal basado en el control de la infección, cobra cada vez mayor fuerza la necesidad de controlar otros factores de riesgo añadidos como la diabetes y que el dentista ocupe un papel relevante en el diagnóstico precoz de la misma. Ello conlleva la necesidad de utilizar nuevas herramientas diagnósticas, no habituales en la clínica, y trabajar en estrecha colaboración con otros facultativos como el médico de atención primaria y el especialista endocrino. Significa un cambio de mentalidad y del paradigma tradicional de la atención odontológica.
El dentista debe conocer los factores de riesgo y buscar pacientes en situación de riesgo que aún no hayan sido diagnosticados (sobrepeso, >40 años, personas sedentarias, historia familiar de diabetes, hipertensión, dislipidemia...). Con esta actitud el dentista no solamente está contribuyendo al control de la periodontitis, sino también a preservar la salud y calidad de vida de su paciente. Por otra parte, se está reflexionando mucho en la actualidad sobre el descuido que otros colectivos médicos tienen al no tener en cuenta el riesgo periodontal en los pacientes con diabetes y estados de prediabetes o riesgo y la necesidad de cuidado periodontal para prevenirlas. Se abre así una nueva dimensión de la función social de la profesión odontológica y su integración en la atención global de la salud de las personas.
Los estudios de Evantia Lalla y cols. de la Universidad de Columbia en EE. UU. demostraron que el despistaje rutinario de diabetes en el consultorio puede contribuir a diagnosticar precozmente a muchos pacientes de diabetes y prediabetes.
No conocemos protocolos concretos obtenidos de la literatura científica. Nosotros, junto al Dr. Tejerina, con experiencia en este campo, proponemos a continuación un modelo que se basa en la determinación de dos tipos de variables: las morfométricas, relacionadas con la determinación de la grasa visceral y obtenidas mediante un analizador de composición corporal, de utilización habitual en ámbitos médicos, y el control de la hemoglobina glicosilada por punción en el pulpejo del dedo.
La determinación de la composición corporal es un predictor de riesgo de la diabetes. La producción de adipoquinas en el tejido graso se relaciona con un riesgo incrementado de resistencia a la insulina y diabetes del adulto. Se determinan tres variables:
• Índice de masa corporal (IMC). Es el cociente del peso/altura2. Su valor deseable se encuentra entre 18,5 y 24,9.
• Porcentaje de grasa corporal. Es el porcentaje de grasa respecto al peso corporal. Sus valores normales varían con el sexo y la edad, tendiendo a ser más elevados en mujeres y con mayor edad.
• Nivel de grasa visceral. Es la grasa que se encuentra en el interior del abdomen rodeando los órganos vitales de la zona. Los valores obtenidos se encuentran entre 1 y 59, considerándose valor normal entre 1 y 12 y excesivo por encima de 13.
La hemoglobina glicosilada es una determinación de existencia de hiperglucemia mantenida. Representa el porcentaje de glucosa que se fija a esta proteína sanguínea y guarda relación con la cantidad media de glucosa en sangre en los tres meses anteriores a la determinación, por lo que recoge un histórico y se relaciona directamente con la gravedad de la diabetes, siendo muy utilizada en el seguimiento de estos pacientes. Los valores normales se encuentran entre 4,5 y 6,5.
En nuestra clínica utilizamos el protocolo siguiente:
A. Selección del paciente.
Consideramos pacientes candidatos a ser incluidos en el protocolo de diagnóstico precoz los siguientes:
• Pacientes con antecedentes familiares a los que no se les haya realizado recientemente una valoración específica.
• Personas con sobrepeso o características morfométricas de riesgo, como perímetro abdominal elevado.
• Pacientes con enfermedad periodontal que presentan características de agresividad. Por ejemplo, formas de comienzo precoz, evolución rápida o tendencia a la recidiva.
• Pacientes que van a recibir tratamientos muy complejos con rehabilitaciones implantosoportadas.
B. Pruebas realizadas.
• Determinaciones de la composición corporal. Nosotros la realizamos con la báscula TANITA y consideramos los valores expuestos previamente.
• Determinación de hemoglobina glicosilada. Medida con el sistema A1C Now+ de Bayer.
Si se obtienen valores representativos de una situación de riesgo elevado o de diabetes, se aconseja al paciente visitar a su médico para que ponga en marcha los protocolos preventivos y terapéuticos que estime oportunos.
Es conveniente, para pacientes que se encuentran en fase de mantenimiento, una valoración continuada de la variable riesgo metabólico que contempla globalmente todo lo expuesto, pues con el tiempo tiende a haber una relajación en este seguimiento por parte del paciente y nosotros podemos ser un actor importante en la prevención continuada. Nosotros utilizamos el registro de riego de la Sonda Florida, que el paciente comprende muy bien y que le motiva mucho para este objetivo.
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