Actualidad para los profesionales de farmacia
02 ago 2014
El biofilm oral (placa bacteriana) es una estructura que está compuesta, en un 85%-80%, por una matriz extracelular que contiene una mezcla de proteínas, sales minerales, polisacáridos que provienen de la dieta, bacterias, saliva y, en un 15%-20% restante, por las bacterias que la colonizan. Se forma continuamente en la cavidad oral y se adhiere a las superficies dentales duras y blandas (dientes, lengua, mucosas). Es el principal agente etiológico del desarrollo de la caries y de las enfermedades de las encías, así como de otras condiciones orales como el mal aliento.
La Organización Mundial de la Salud considera la caries dental como “la tercera plaga mundial” después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, debido a su extensión y frecuencia. Es la enfermedad bucal más común en el ser humano y la principal causa de destrucción y/o pérdida de dientes.
Se trata de una enfermedad infecciosa de carácter multifactorial que se caracteriza por la destrucción de los tejidos duros del diente como consecuencia de ácidos producidos por el biofilm oral (placa bacteriana). Muchas veces se habla de la caries como una erosión del esmalte producido por bacterias.
Al comer, los alimentos azucarados que quedan en la boca retenidos pueden metabolizarse por las bacterias contenidas en el biofilm oral. Las bacterias se nutren de estos azúcares y generan unos ácidos que provocan la disminución del pH de la cavidad bucal, atacando la estructura mineral del esmalte. Este ataque ácido inicialmente se neutraliza por el efecto remineralizante y tampón que tiene la saliva, pero si éste es repetitivo, la saliva no puede recuperar el desequilibrio y se produce la desmineralización de los tejidos dentales.
La destrucción afecta primero al esmalte y después a partes más internas como la dentina, llegando si prosigue hasta la pulpa dentaria.
En el desarrollo de la caries participan cuatro factores determinantes:
• Huésped: Predisposición por parte del huésped debido a factores hereditarios, edad, factores endocrinos, anomalías estructurales dentales (morfología, textura, composición de los dientes), surcos y fisuras en la superficie dentaria, saliva (cantidad y calidad), etc.
• Una microbiota determinada: En la cavidad bucal se encuentran bacterias protectoras y otras patógenas. La caries se desarrolla en las zonas de la superficie del esmalte en las que la microbiota encuentra un ambiente apropiado para su proliferación. Las principales bacterias responsables de este proceso son el Streptococcus mutans, generalmente asociado al desarrollo inicial de la caries, y el Lactobacillus acidofilus, responsable de metabolizar los azúcares y producir los ácidos que producen la desmineralización.
• La dieta: Las dietas con alto contenido en azúcares aceleran la actividad bacteriana.
• El tiempo: A mayor tiempo de exposición del diente a los ácidos producidos por las bacterias, mayor riesgo de caries. Tener antecedentes de caries tiene mayor asociación con el aumento en la aparición de caries.
Es preciso intervenir la caries para detenerla, pero el tratamiento más adecuado dependerá del momento en el que se haya detectado.
La primera señal de caries es una mancha blanca en el esmalte. En esta primera fase, la lesión inicial de caries puede detenerse si se trata con compuestos fluorados, ya que el flúor inhibe la desmineralización y tiene un efecto remineralizante sobre el esmalte dental, fortaleciendo a los dientes y haciéndolos menos solubles a los ácidos.
Si la caries no se trata y sigue avanzando puede perforar el diente por el que penetrarán las bacterias que seguirán destruyendo el resto de estructuras dentales más internas. Si afecta a la dentina (capa más interna situada debajo del esmalte) y sin afectación de la pulpa, el tratamiento consiste en eliminar el tejido enfermo y colocar una obturación (empaste). Si la caries es más profunda y afecta a la pulpa, se realizará una endodoncia, que es la desvitalización del diente para eliminar la pulpa (nervio) limpiando el tejido afectado y posteriormente una reconstrucción del diente. En los casos más graves, si la infección afecta ya no solo al diente sino al hueso que lo soporta, es probable que se pueda llegar a producir la pérdida del diente.
La prevención de estas enfermedades se realiza manteniendo unos hábitos adecuados de higiene bucal. El cepillado dental es el método principal para la eliminación del biofilm oral. Por ello, es importante cepillarse los dientes tras cada comida, realizando una técnica de cepillado correcta junto con elementos de higiene oral (cepillo dental, cepillos interproximales, sedas y cintas, etc.) adaptados a las necesidades de cada uno y con un diseño adecuado que permita la máxima eliminación del biofilm oral. Además de complementarlo con pastas dentífricas específicas y colutorios sin alcohol para obtener una limpieza completa. No hay que olvidarse tampoco de mantener una dieta equilibrada y sana, evitando la ingesta continuada de alimentos o bebidas con un contenido muy elevado en azúcares.
Es importante igualmente realizar visitas periódicas al odontólogo, como mínimo una vez al año, para realizar una limpieza bucal profesional y una revisión para detectar cualquier desarrollo de caries.
Por tanto, es muy importante que todos los profesionales del ámbito de la salud pública ayuden a la promoción de una buena salud bucal para evitar tanto la caries dental como otras patologías orales.
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