Actualidad para los profesionales de farmacia
05 mayo 2017
La xerostomía (del griego xero: seco; stoma: boca) es la sensación subjetiva de sequedad bucal, producida, en muchos casos, por una secreción salival disminuida o por cambios en la composición bioquímica de la saliva. Los pacientes con xerostomía refieren a menudo dificultades al masticar, tragar o incluso hablar, sobre todo aquellos que son portadores de prótesis dentales.
La xerostomía es un concepto subjetivo, mientras que la hiposalivación se refiere a una disminución de la tasa de flujo salival por debajo de 0,1-0,2 mL/min de saliva total en reposo y/o de 0,7mL/min de saliva total estimulada y, por tanto, es un dato objetivo y cuantificable.
La prevalencia de xerostomía en sujetos adultos jóvenes de 18-35 años es del 20% y aumenta al 40% al alcanzar edades superiores a 55 años, afectando más a mujeres que a hombres. Por tanto, se trata de una entidad clínica cada vez más frecuente debido al aumento de la esperanza de vida de la población y a una mayor prescripción de fármacos que producen xerostomía.
Existen más de 500 fármacos que pueden alterar la cantidad o la calidad de la saliva, conduciendo no sólo a una sensación de sequedad bucal, sino también a una pérdida de las funciones protectoras e inmunitarias de la saliva, lo que aumenta el riesgo de caries, infecciones por hongos y enfermedades periodontales, así como de afectación en funciones como masticar, hablar o tragar (masticación, fonación, deglución, etc.).
Hay más de 500 fármacos diferentes comercializados en España entre cuyos efectos secundarios se encuentra la xerostomía. Fundamentalmente, son fármacos que tienen una acción directa sobre el sistema nervioso autónomo, que regula la secreción de las glándulas (acción anticolinérgica, bloqueantes adrenérgicos, etc.), o indirecta sobre el sistema nervioso central (antipsicóticos, ansiolíticos), así como fármacos que reducen fluidos corporales, principalmente antihipertensivos diuréticos.
La xerostomía producida por fármacos puede ser reversible, lo que significa que con el cese de la medicación se soluciona el problema. Sin embargo, la mayoría de estos fármacos se prescriben de forma crónica, especialmente en adultos mayores, en los que de por sí existe una degeneración irreversible del parénquima de las glándulas salivales (se estima que tres de cada cuatro adultos mayores toma uno de estos medicamentos de forma crónica).
Existen varias opciones terapéuticas para mejorar la xerostomía y sus consecuencias. Sin embargo, no todas ellas son válidas en todos los casos. De ahí que sea necesario diagnosticar la presencia de xerostomía para poder diseñar una estrategia terapéutica personalizada, pues habrá tratamientos que puedan ser ineficaces o innecesarios.
En los pacientes con xerostomía por fármacos sería interesante evaluar la supresión, sustitución o reducción de dosis de fármacos causantes de xerostomía, circunstancia que no siempre es posible. Además, el pilar fundamental del tratamiento de la xerostomía por fármacos se centra en la prevención.
El objetivo consistirá en una buena higiene oral para mantener la cavidad bucal en las mejores condiciones con el fin de evitar sobreinfecciones. Por tanto, se aconsejará al paciente incluir la limpieza de la superficie lingual (Halita® limpiador lingual), emplear cepillos dentales de filamentos suaves (VITIS® cepillos) y pastas dentífricas no irritantes (Xeros dentaid® pasta), así como colutorios con productos antimicrobianos como cloruro de cetilpiridinio (CPC) (VITIS® encías) o colutorios con propiedades humectantes (Xeros dentaid® colutorio).
Otra herramienta terapéutica son los sialogogos (sistémicos y tópicos, si bien los sistémicos tienen efectos adversos desagradables), que de una forma u otra producen una estimulación de las glándulas salivales mayores y menores, induciéndolas a que produzcan saliva. Un sialogogo tópico seguro y que ha demostrado su eficacia es el ácido málico al 1% en spray asociado al xilitol y el flúor (Xeros dentaid® spray), que actúa como una sustancia capaz de generar un estímulo gustativo por su «sabor ácido», de mejorar la sensación de boca seca y de aumentar el flujo salival en reposo y estimulado en pacientes que toman medicación con efecto xerostomizante (como antihipertensivos o antidepresivos).
Dr Gerardo Gómez - Director del Grupo de Investigación Farmacológica en Odontología CTS-654 de la Junta de Andalucía
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