La caries es la enfermedad bucal más prevalente en niños. De hecho, la caries supone la principal causa de pérdida de dientes en población infantil. 

En España, 1 de cada 3 niños tiene caries en dientes de leche a los 6 años. Esta prevalencia aumenta con la edad, llegando hasta más del 90% en adultos. Un niño con caries en los dientes de leche será probablemente un adulto con múltiples caries en los dientes permanentes. 

Básicamente, el proceso consiste en lo siguiente: las bacterias que forman parte del biofilm dental, metabolizan los azúcares de la dieta y los transforman en ácidos, que provocan la desmineralización del esmalte. Si este proceso se mantiene de forma prolongada en el tiempo, puede originar la aparición de caries. 

Por tanto, la caries depende principalmente de 4 factores: los microorganismos, el sustrato (los azúcares), el tiempo y factores del huésped (superficies dentales, cantidad y calidad de la saliva para proteger frente a la caries, etc.). 

La caries puede prevenirse, actuando sobre los distintos factores que influyen en su aparición, y principalmente sobre el sustrato y los microorganismos. 

Control de los microorganismos 

El principal microorganismo responsable de la aparición de caries es el Streptococcus mutans. Esta bacteria no está presente en la cavidad bucal de los bebés cuando nacen. En la mayoría de los casos, la adquieren porque es transmitida por los padres a través de la saliva. 

Para prevenir esta transmisión temprana del S. mutans, se deben evitar acciones como probar la comida con los cubiertos del niño, soplar sobre su comida para enfriarla, limpiar el chupete con nuestra boca, etc. 

La amplia mayoría de la población es portadora de esta bacteria, por lo que la mejor forma de eliminarla es a través de la higiene bucal. Es necesario realizar el cepillado desde que hace aparición el primer diente en la cavidad bucal. Incorporar el uso de geles dentífricos con una concentración de flúor adaptada a la edad del niño aumenta la resistencia del esmalte frente a la aparición de caries (factor huésped). 

Control del sustrato 

Los hidratos de carbono constituyen el sustrato que utilizan las bacterias para producir los ácidos. 

Cuanto más simple sea el hidrato de carbono, mayor es su poder cariogénico, ya que las bacterias necesitan menos energía para su metabolización. Así, los azúcares simples son los hidratos de carbono más cariogénicos, mientras que otros como la pasta o el arroz requieren de más tiempo y energía para poder ser “transformados” en ácidos, resultando ser por tanto menos cariogénicos. 

Es muy importante moderar la cantidad y, sobre todo, la frecuencia de ingesta de los hidratos de carbono. Cada vez que se produce una ingesta de hidratos de carbono, y éstos se quedan sobre los dientes, las bacterias pueden metabolizarlos produciendo ácidos que provocan la desmineralización del esmalte. Por tanto, a mayor frecuencia de ingesta de azúcares simples, más tiempo de desmineralización y mayor riesgo de caries. 

Teniendo en cuenta la influencia de la ingesta de hidratos de carbono, se deben tomar ciertas precauciones: 

- No se debe dejar al bebé toda la noche con el biberón si éste contiene líquidos que no sean agua 

- Evitar mojar el chupete en sustancias dulces 

- Evitar comer entre horas, debido a la cantidad de alimentos con azúcar “oculto” (jamón York, pasta, patatas, etc.) 

- Limpiar encías y cepillar dientes tras cada ingesta, para retirar los restos de alimentos en el menor tiempo posible. 

Como se puede observar, la higiene bucal juega un papel clave en la prevención de la caries infantil a 3 niveles: 

- Eliminación de microorganismos responsables de la caries 

- Retirar los restos de azúcares de la cavidad bucal tras cada ingesta 

- Fortalecimiento del esmalte para hacerlo más resistente frente a la caries 

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