Actualidad para profesionales de la odontología
01 mayo 2014
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el nacimiento pretérmino o prematuro cuando el parto tiene lugar antes de la 37ª semana del embarazo.
El nacimiento pretérmino es un importante problema sanitario:
- Por ser la primera causa de muerte perinatal (muerte en los primeros 28 días de vida).
- Por constituir una importante causa de problemas de salud para el niño a corto y a largo plazo (retinopatía, alteraciones en el desarrollo psicomotor, problemas respiratorios…).
- Por su alta frecuencia: en los países desarrollados, se estima que la prevalencia del parto prematuro es del 5%-10% de todos los nacimientos, y en España, del 7,9%.
A pesar de que en los últimos años se ha hecho un importante esfuerzo preventivo para intentar disminuir esta importante prevalencia, con revisiones a lo largo del embarazo, medidas preventivas y cuidados a las embarazadas, no se ha conseguido el efecto esperado, y la frecuencia de este problema no solo no ha disminuido, sino que ha aumentado en las dos últimas décadas.
Factores de riesgo de parto prematuro
El problema del nacimiento pretérmino es un problema multifactorial donde actúan la genética, la edad, las condiciones de vida de la mujer, etc. Sin embargo, en un porcentaje muy alto de los casos, no se puede identificar ningún factor causal. Es un hecho demostrado que las infecciones maternas son uno de los principales factores en el desencadenamiento del parto prematuro. En este sentido, la infección intrauterina es responsable del 25%-40% de los nacimientos prematuros.
Periodontitis como factor de riesgo
En este contexto, las periodontitis han sido propuestas como posible causa del parto pretérmino. Estas dolencias están causadas y perpetuadas por bacterias anaerobias y Gram-negativas presentes en el biofilm subgingival, siendo, por tanto, infecciones crónicas que inducen una reacción inflamatoria destructiva en el periodonto y que pueden conducir a la pérdida de los dientes. En 1996 se publicó el primer estudio que relacionaba las enfermedades periodontales con el nacimiento de niños pretérmino y de bajo peso al nacer (Offenbacher y cols. 1996). Desde entonces se han realizado numerosos estudios con resultados contradictorios, ya que en algunos se ha observado esta asociación y, por el contrario, en otros no ha podido ser confirmada.
Para comprender mejor cómo los patógenos periodontales pueden afectar al desarrollo del embarazo, es necesario conocer la fisiología de este: según el feto crece, el aumento de la necesidad de nutrientes, así como el conflicto de espacio, empiezan a ser críticos para la supervivencia de la madre y el feto, y en el líquido amniótico los niveles de citoquinas (factor de necrosis tumoral alfa [TNF-α], interleuquina 1ß [IL-1ß]) y mediadores de la inflamación (prostaglandina E2 [PGE2]) van aumentando hasta que se alcanza un nivel que induce la ruptura de las membranas y la contracción del músculo uterino. Así, el parto está controlado por señales inflamatorias, y el mecanismo que estimula el parto puede ser modificado por estímulos externos, como la infección y la inflamación (Madianos y cols. 2013).
Por otro lado, durante el embarazo, y debido al mayor nivel de hormonas, estrógenos y progesterona, se producen cambios en el periodonto, con una mayor vascularización y un aumento de la permeabilidad vascular en los tejidos gingivales. Las bacterias periodontales y/o sus componentes (por ejemplo, las endotoxinas como los lipopolisacáridos [LPS]) pueden entrar en la circulación sistémica (bacteriemia), facilitada por los cambios que producen las hormonas en los tejidos, y llegar a la unidad fetoplacentaria, donde podrían colonizar y desarrollar una respuesta inflamatoria fetal contra estos patógenos, y la consiguiente liberación de citoquinas y mediadores de la inflamación, lo que puede desencadenar la ruptura prematura de las membranas y la contracción uterina.
Las mujeres embarazadas deben someterse a una completa evaluación bucodental, incluyendo un examen periodontal, para llegar al diagnóstico de su situación periodontal:
- En el caso de mujeres periodontalmente sanas, los profesionales deben informarles sobre los cambios fisiológicos que tienen lugar en las encías. Además, deben instruirlas en las técnicas de higiene oral, con una especial atención a la higiene interdental, y recomendarles una nueva evaluación de la salud periodontal en fases más avanzadas del embarazo.
- En las mujeres con gingivitis se seguirá la misma pauta, pero además se tratará la gingivitis y se harán revisiones a lo largo del embarazo para detectar y tratar una posible recurrencia.
- En las mujeres con periodontitis se hará el tratamiento de la periodontitis no quirúrgico, para disminuir el biofilm subgingival y la inflamación. Para ello, es preferible el periodo comprendido entre las semanas 14 y 20 (segundo trimestre del embarazo).
Dra. Isabel Santa Cruz
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