Actualidad para profesionales de la odontología
09 oct 2018
Mar Romero Gómez. Responsable de la Comisión de Periodoncia del Colegio Profesional de Higienistas Dentales de Madrid.
El fracaso tardío de los implantes (tras la carga de la fijación) generalmente está asociado a periimplantitis y/o a sobrecarga funcional. Este fracaso es el que podemos prevenir desde el gabinete de higiene a través de la monitorización del paciente y de la educación sanitaria específica.
A diferencia de los dientes naturales, los implantes dentales no poseen ligamento periodontal y se encuentran en contacto directo con el hueso alveolar, por lo que sufren una modificación estructural periimplantaria en sus fibras elásticas de colágeno, en su vascularización y en el surco gingival. Todo ello facilita la colonización de las bacterias periodontopatógenas, que no hallan gran resistencia.
Estas características morfológicas del implante dental nos obligan a disminuir todo lo posible la concentración de biofilm en los tejidos blandos periimplantarios para evitar posibles patologías. Además, las prótesis pueden sufrir roturas, desperfectos y/o aflojamiento de sus componentes internos a causa de las grandes fuerzas masticatorias a las que están sometidas y del paso del tiempo.
Por todo ello, para alargar la vida media de un implante dental deberemos monitorizar al paciente con el fin de prevenir posibles patologías periimplantarias, y detectar y resolver posibles defectos en las prótesis antes de que sus consecuencias sean irreversibles.
Actualmente no existe un protocolo de mantenimiento específico debido a los múltiples factores que influyen en los implantes, pero se aconseja realizar un mantenimiento de los mismos y de sus prótesis como mínimo una vez al año, independientemente del sistema de retención y del número de fijaciones.
• Desmontar la prótesis (si fuera posible) e higienizarla de forma exhaustiva incluyendo todos sus componentes, para lo cual podemos encontrar en el mercado instrumental y material específicos, así como equipos de última tecnología, que tienen como objetivo producir la mínima alteración en la superficie del implante y de sus aditamentos.
• Analizar el índice de placa, el sangrado, la pérdida ósea superior al límite establecido y la profundidad de sondaje considerada patológica.
• Revisar el resto de estructuras orales y realizar una radiografía de control.
En cada revisión debemos inculcar al paciente hábitos saludables, además de proporcionarle instrucciones, motivación y control de las técnicas de higiene bucal específicas para las fijaciones, dependiendo del tratamiento realizado y de las habilidades del paciente.
Como afirmaba Hipócrates, «cuando alguien desea la salud, es preciso preguntarle primero si está dispuesto a suprimir las causas de su enfermedad», por lo que el paciente debe ser colaborador y consciente de su tratamiento.
CONCLUSIÓN
Para el mantenimiento de los implantes:
* El paciente debe seguir los consejos e indicaciones del especialista y acudir a las revisiones establecidas.
* El especialista ha de generar citas de control y tratamientos para prevenir patologías y/o desajustes de las prótesis sobre implantes dentales.
Mar Romero Gómez,
Responsable de la Comisión de Periodoncia del Colegio Profesional de Higienistas Dentales de Madrid
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