Actualidad para profesionales de la odontología
23 abr 2020
Asier Eguia del Valle Profesor asociado de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Vocal de la SECIB.
José López Vicente Profesor asociado de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Formación continuada de la SECIB.
Los quistes de retención mucosos (QRM) del seno maxilar son lesiones benignas y autolimitadas que se originan por la acumulación de mucus en el interior de la mucosa sinusal, como resultado de la obstrucción ductal de las glándulas seromucosas(1,2). Los QRM «verdaderos» poseen un fino recubrimiento epitelial, mientras que los «pseudoquistes» care¬cen de una pared epitelial y se originan por la acumulación difusa subepitelial de exudado inflamatorio(1,2).
Son hallazgos radiológicos casuales en la mayoría de los casos y que se observan hasta en un 14% de la población adulta(1-3). Normalmente son asintomáticos, aunque ocasionalmente pueden producir dolor de cabeza, periorbitario o facial, e incluso excepcionalmente pueden predisponer el desarrollo de rinosinusitis de repetición y provocar obstrucción nasal(1-3). Se describen clásicamente como lesiones en forma de cúpula o redondeadas que se originan en la mucosa del piso del seno maxilar, pudiendo aparecer en otras localizaciones dentro del seno. Su tamaño es variable y su crecimiento lento. En lo que refiere a su evolución con el tiempo, en un 60% de casos no cambia su tamaño, en un 30% disminuye o incluso llegan a desaparecer y sólo en un 10% aumenta de volumen(1).
Radiológicamente, su forma típica es la de una imagen radiodensa, uniforme, cupuliforme o en forma de «sol naciente», con márgenes nítidos y que respetan perfectamente las estructuras óseas subyacentes(1-3) (tabla 1 y figura 1).
Salvo en los casos en que produce sintomatología, no requieren tratamiento, pero sí es absolutamente necesario realizar en todos los casos un correcto diagnóstico(1-3). La CBCT (tomografía computarizada de haz cónico) es una herramienta fundamental para establecer el diagnóstico(1-3). El diagnóstico dife-rencial se debe realizar con otras patologías benignas como el mucocele del seno maxilar, el papiloma invertido nasosinusal e incluso patologías malignas, como el carcinoma de células escamosas del seno maxilar(4-5) (tablas 2 y 3).
Diversas técnicas de elevación del seno maxilar han demostrado fiabilidad en el tratamiento del maxilar posterior atrófico(6). En el pasado existió controversia sobre la indicación o no de la realización de técnicas de elevación del seno y colocación de implantes en pacientes con QRM, sin una eliminación previa de la lesión. Hoy en día, sin embargo, diversos estudios(7-12) muestran tasas de éxito y complicaciones similares entre los pacientes con y sin QRM al realizar cirugía de elevación del seno y colocación de implantes tanto de forma inmediata como diferida (tabla 4).
El tratamiento de este tipo de pacientes requiere una programación y un estudio detallado del caso, así como un conocimiento amplio sobre las particularidades anatómicas y patológicas del seno, más si cabe que en cualquier otro tipo de intervención en esta área.
La mayoría de los autores(7-12) recomiendan la aspiración y descompresión de los quistes durante la cirugía de elevación del seno a través de la pared lateral. En las lesiones de gran tamaño o cuando existe alguna duda de carácter diagnóstico, la enucleación y su posterior estudio histopatológico estaría indicada. Generalmente, se piensa que la aspiración ayuda a disminuir la presión interna del seno al remover el líquido y reducir el tamaño de la lesión y, con ello, disminuye el riesgo de perforación de la membrana del seno(7-9).
La baja frecuencia de perforación de la membrana del seno y la sinusitis postoperatoria, así como las tasas de éxito de los implantes publicadas, hacen pensar que las técnicas de elevación del seno en pacientes con QRM son seguras. No obstante, la literatura al respecto es sumamente heterogénea y limitada, y quizá sean necesarios nuevos estudios para confirmar estas observaciones.
CONCLUSIONES
El hallazgo de cualquier lesión en el seno maxilar exige un detallado estudio para establecer un correcto diagnóstico. La presencia de un QRM no se considera actualmente una contraindicación para la cirugía de elevación del seno maxilar y la colocación de implantes(7-12). Independientemente de ello, en todos los casos es indispensable asegurar el diagnóstico y realizar un seguimiento del caso.
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