Actualidad para los profesionales de farmacia
05 ago 2014
El farmacéutico está en primera línea para ayudar a muchas personas que padecen sensibilidad dental. Puede recomendar y dispensar los productos más adecuados y, además, es un profesional de la salud que cuenta con el respeto de sus clientes. La dificultad está en que muchas de las personas que padecen sensibilidad dental no son conscientes de ello o creen que no pueden hacer nada para combatirla. Por ello, resulta fundamental adoptar un papel activo para informar a los clientes sobre este problema.
La hipersensibilidad dentinaria o sensibilidad dental es un dolor intenso y transitorio causado porque la dentina, la parte interna del diente, queda expuesta al exterior. De este modo, entra en contacto con estímulos como alimentos o bebidas frías, calientes, ácidas o dulces que pueden penetrar por los túbulos dentinarios hasta llegar al nervio y provocar dolor. Las causas más habituales de que la dentina quede expuesta son la retracción de la encía o el desgaste del esmalte dental. Éstas pueden estar provocadas por parafunciones tales como el bruxismo, un cepillado muy agresivo, el uso de palillos, morder bolígrafos, limpiezas profesionales o un blanqueamiento abrasivo.
Si no se trata adecuadamente, la sensibilidad dental puede dar lugar a la aparición de caries, gingivitis o periodontitis. Pero muchas personas no toman medidas a pesar de que, según un estudio publicado en 2013(1), el 25%-30% de los adultos afirman sufrir este problema.
En la oficina de farmacia se venden productos de gran calidad para una buena higiene bucal en general, como pastas dentríficas, colutorios, sedas o cintas dentales, cepillos interproximales o limpiadores linguales. Y se pueden ofrecer productos específicos para la sensibilidad dental, como colu torios para dientes sensibles o cepillos de dientes con filamentos suaves para una higiene bucal delicada.
Las personas con sensibilidad dental también pueden encontrar geles o pastas de dientes poco abrasivas o con flúor, que ayudan a remineralizar el esmalte dental e incluyen agentes desensibilizantes como el nitrato potásico, el cloruro potásico o el cloruro de estroncio adecuados para eliminar la sensación dolorosa de los dientes sensibles. Asimismo, la gran ventaja de las farmacias es que tienen la exclusiva de ofrecer formulaciones específicas muy eficaces contra la sensibilidad dental, como aquellas que contienen en su formulación nanopartículas de hidroxiapatita para reparar el esmalte.
No basta con tener expuestos los productos. Es necesario que el farmacéutico sea proactivo para detectar a los clientes que pueden beneficiarse de ellos. Una buena oportunidad para hablar de los dientes sensibles se da cuando un cliente quiere comprar una pasta de dientes o cualquier otro producto relacionado con la higiene bucal. En este caso se recomienda comentar: «¿Le duelen los dientes cuando toma una bebida fría?», en lugar de hacer una pregunta como: «¿Tiene usted sensibilidad dental?». Quizá muchas personas no sepan qué responder a la segunda pregunta, digan que no y acabe la conversación. En cambio, con la primera cuestión se sentirán identificadas todas aquellas que sufran este problema. Un lenguaje cercano y poco técnico es la mejor manera de iniciar un diálogo natural sobre los productos disponibles para tratar los dientes sensibles.
Por otro lado, hay clientes que son responsables con el autocuidado de su salud. No acuden a la farmacia únicamente a comprar medicamentos, sino que adquieren productos para prevenir enfermedades y consultan activamente al farmacéutico. Aunque no hayan entrado en la farmacia para comprar productos relacionados con la higiene bucal, si surge en la conversación es aconsejable plantear el tema de la sensibilidad dental, ya que estarán muy receptivos a los consejos del farmacéutico.
No hay que olvidar que los dientes sensibles afectan cada vez más a personas jóvenes que consumen bebidas acidogénicas que dañan su esmalte.
Hay otras maneras de invitar al cliente a que se interese por los productos relacionados con la sensibilidad dental. Por ejemplo, se puede colocar un pequeño expositor en el mostrador con pastas dentífricas, colutorios o cepillos para personas con dientes sensibles. También se pueden publicitar en las diferentes pantallas situadas en la oficina de farmacia vídeos o campañas sobre sensibilidad dental. Es importante apoyar estos recursos con información clara y sencilla sobre qué son los dientes sensibles, qué consecuencias pueden acarrear y cómo combatir el problema. Y encabezar la información con titulares que llamen la atención.
Es por ello que campañas de exposición sobre dientes sensibles podrán conducir al cliente a preguntar sobre el producto. Por otro lado, indicar qué productos son «de venta exclusiva en farmacias» permite que el cliente tome conciencia de que sólo puede adquirirlos en la oficina de farmacia.
LAS MEJORES ÉPOCAS PARA HABLAR DE LOS DIENTES SENSIBLES
Una buena época del año para poner en marcha iniciativas relacionadas con los dientes sensibles es durante el verano (el frío de los helados recuerda a muchas personas que sufren sensibilidad dental) o el invierno (lo mismo ocurre con las sopas y las infusiones). O con motivo de alguna efeméride relacionada, como, por ejemplo, el Día Mundial de la Salud Bucodental, que se celebra cada año el 20 de marzo, ya que los medios de comunicación hacen referencia a él. De esta manera, muchos clientes están más concienciados durante esos días de la necesidad de cuidar su salud dental.
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