Actualidad para profesionales de la odontología
14 mayo 2019
El interés de esta posible vinculación ha motivado que la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) realice el curso monográfico «Enfermedades bucales y neurodegenerativas: ¡tan lejos o tan cerca!». Será los días 11 y 12 de julio de 2019 en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense.
Clásicamente se pensaba que el cerebro era estéril, al estar aislado del resto del organismo gracias a la barrera hematoencefálica, pero actualmente se sabe que las células inmunológicas, los mediadores inflamatorios y los microbios (incluidos los patógenos periodontales) que están en el organismo pueden traspasar la membrana hematoencefálica. Además, estos patógenos periféricos pueden llegar al cerebro a través de los órganos circunventriculares, los nervios craneales y los canales meníngeos.
Así, en pacientes con enfermedad de Alzheimer se han encontrado niveles elevados en plasma de anticuerpos para patógenos periodontales como Aggregatibacter actinomycetemcomitans, Tanerella forsytia, Treponema denticola y Porphyromonas gingivalis.
En los últimos meses está adquiriendo un especial protagonismo uno de estos patógenos característicos de la enfermedad periodontal. La investigación de un equipo internacional de expertos ha sugerido que el Alzheimer podría estar relacionado con una bacteria que provoca periodontitis.
Se ha descubierto la presencia de Porphyromonas gingivalis (uno de los patógenos más relevantes en la periodontitis) en el cerebro de los pacientes afectados de Alzheimer, indicando que esta bacteria contribuiría al desarrollo de dicha enfermedad neurológica, aunque aún no se sabe si realmente sería la causante.
Se ha logrado aislar P. gingivalis en el cerebro de pacientes fallecidos con Alzheimer y también se ha encontrado el ADN de bacterias periodontales en el líquido cefalorraquídeo de pacientes vivos. Además, en el 90% de los cerebros afectados de Alzheimer se han detectado unas encimas tóxicas, llamadas gingipaínas, producidas y secretadas por P. gingivalis.
Los cerebros con mayor cantidad de gingipaínas tienen mayor cantidad de proteínas asociadas al Alzheimer. Así pues, los niveles de gingipaínas afectan las cantidades de tau (proteína necesaria para la función normal de las neuronas) y de ubiquitina (que etiqueta las proteínas dañadas), proteínas ambas asociadas al Alzheimer.
En ratones se ha comprobado que P. gingivalis puede formar amieloide, cuya acumulación contribuye a la neurodegeneración en el cerebro de estos roedores. Se cree que este patógeno puede viajar desde la boca al cerebro, mientras que las gingipaínas se encargarían de destruir las neuronas cerebrales.
En un artículo recientemente publicado en la revista científica Science Advances se recogen algunos estudios preclínicos y clínicos que explican los posibles mecanismos por los que el patógeno más relevante en la periodontitis (P. gingivalis) podría intervenir en el origen de la enfermedad de Alzheimer. Y, además, se indica un posible tratamiento, que ya se estaría evaluando en estudios clínicos.
El artículo ha despertado un gran interés en la comunidad científica y en los medios de comunicación social. «Esta publicación corrobora una serie de recientes investigaciones sobre la estrecha relación entre el Alzheimer y la periodontitis, debido a las bacterias implicadas y los estados inflamatorios comunes», apunta el presidente de la Fundación SEPA, el Dr. Adrián Guerrero.
Analizando la trascendencia del artículo de Science Advances, el Dr. David Herrera, patrono de la Fundación SEPA, afirma que sus hallazgos «representan un avance fundamental en la demostración de la asociación de la periodontitis con la enfermedad de Alzheimer». Como indica este experto, profesor titular de Periodoncia de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del grupo de investigación Etiología y Terapéutica de Enfermedades Periodontales (ETEP), «la posible asociación entre periodontitis y enfermedad de Alzheimer se planteó ya hace años, y podría explicarse de manera bidireccional: por un lado, el deterioro cognitivo progresivo limitaría los hábitos de higiene bucodentales, afectando a la salud oral, y, por otro lado, el proceso inmunoinflamatorio crónico y la inflamación sistémica secundaria a la periodontitis podría inducir fenómenos neuroinflamatorios que favorecieran la enfermedad de Alzheimer».
Esta última hipótesis es la que se ha demostrado en la serie de estudios que se detallan en el artículo recientemente publicado. Los investigadores creen que aún no han descubierto el origen de esta enfermedad degenerativa, pero están convencidos de que esta línea de investigación es importante. Stephen Dominy, que coordina la investigación a través de la farmacéutica Cortexyme, ha asegurado que «los agentes infecciosos han estado implicados en el desarrollo y la progresión del Alzheimer antes, pero la evidencia de la causalidad no había sido convincente.
Ahora, por primera vez, tenemos pruebas sólidas que conectan el patógeno intracelular P. gingivalis y la enfermedad de Alzheimer».
Los autores de la investigación aseguran que la identificación de antígenos de gingipaína en los cerebros de pacientes diagnosticados de enfermedad de Alzheimer, y también en personas con patología de esta enfermedad pero sin haber sido diagnosticados de demencia, sugiere que la infección cerebral con P. gingivalis no es el resultado de una atención dental deficiente después del inicio de la demencia o una consecuencia de la enfermedad, sino un evento temprano que puede explicar la patología encontrada en personas de mediana edad antes del deterioro cognitivo.
El impacto de este artículo científico va más allá de la demostración de los posibles mecanismos mencionados. Como resalta el Dr. Herrera, «propone, y demuestra su viabilidad en estudios preclínicos, tratamientos experimentales mediante el bloqueo de las gingipaínas y señala, en la conclusión, que ya se están evaluando en estudios en humanos».
Lo que ya parece claro, a tenor de la creciente evidencia científica disponible, es que puede haber una asociación bidireccional entre enfermedades neurodegenerativas y periodontitis, aunque ni los mecanismos involucrados ni el impacto clínico están completamente dilucidados. Dado que no existen tratamientos eficaces para frenar el avance de las enfermedades neurodegenerativas, es crítico establecer nuevos enfoques terapéuticos basados en los nuevos conocimientos sobre la posible interacción entre microbioma e inflamación crónica. Bajo esta premisa se realizará el Curso de Verano de la SEPA, que dirigen los doctores Mariano Sanz y Juan Carlos Leza, y cuyo secretario es el Dr. David Herrera.
Entre las principales incógnitas que se plantean en este campo de la investigación, se considera prioritario determinar si las enfermedades neurodegenerativas son procesos de base inflamatoria, si tienen una posible etiología infecciosa y si es plausible una asociación independiente entre enfermedades infecciosas orales y enfermedades neurodegenerativas. Igualmente, se está avanzando en aclarar también otras dudas de interés, como el hecho de si el microbioma oral puede alcanzar el sistema nervioso central o si hay una evidencia experimental de la conexión entre la boca y el sistema nervioso central. Y, lo más importante, queda por determinar cuáles podrían ser las implicaciones sanitarias de la asociación de ambas enfermedades.
En cualquier caso, lo que resulta irrefutable es la frecuente convivencia de la enfermedad de Alzheimer y la periodontitis. Actualmente, se estima que en España la prevalencia de enfermedad de Alzheimer se sitúa entre el 4 y el 9%, siendo el factor de riesgo más relevante la edad, ya que su incidencia se duplica cada cinco años a partir de los 65 años. La demencia resultante tiene un gran impacto sobre su morbilidad, mortalidad y discapacidad, y también un gran impacto social derivado de su grado de dependencia, ya que son las familias las que se hacen cargo del 80% de estos enfermos, lo que también afecta directamente a su salud y calidad de vida. El tratamiento actual es fundamentalmente sintomático, con un limitado efecto probado sobre la cognición y la conducta.
La periodontitis es una enfermedad inflamatoria, de etiología infecciosa (bacterias), que afecta los tejidos de soporte dentario provocando su destrucción y, en ausencia de tratamiento, la pérdida de los dientes. En España, en un reciente estudio epidemiológico realizado en población trabajadora, el 38,4% tenía periodontitis, lo que se incrementaba al 65,1% en mayores de 55 años.
04 nov 2022
INTRODUCCIÓN La obtención de los injertos de tejido concectivo subepitelial, son el resultado de la despitealización del tejido…
17 oct 2022
La nutrición y la dieta pueden influir, tanto directa como indirectamente en la salud bucal y general (o sistémica) de los pacientes…
17 oct 2022
Cuidar la salud general del paciente que acude a la clínica dental por un problema odontológico debe ser un fundamento de la…
Suscríbete a la newsletter de DENTAID Expertise
Suscríbete a la newsletter