Actualidad para profesionales de la odontología
04 ene 2012
“La principal clave para el mantenimiento de implantes es motivar al paciente y concienciarlo de las consecuencias que puede tener la inflamación de la mucosa periimplantaria. Para evitarlo, es imprescindible el control mecánico y químico de la placa bacteriana. La remoción de ésta debe realizarse mediante un buen cepillado dental, acompañándolo del uso de la seda dental, los cepillos interproximales y también el irrigador bucal. En la mayoría de los casos, recomiendo al paciente el uso del gel de clorhexidina en la encía periimplantaria para mantenerla libre de inflamación. Todo esto, junto a las revisiones en clínica, es necesario para el buen mantenimiento de los implantes”.
“Es muy importante acudir a las revisiones periódicas para controlar los implantes, pero su cuidado no acaba en la clínica, sino que continúa en casa. Tras una correcta higiene dental con el cepillo y el dentífrico adecuado a cada paciente, es importante utilizar como complemento un irrigador bucal con colutorio diluido en agua a partes iguales si fuera necesario y con la boquilla específica en cada caso, ya que puede llegar a los lugares de difícil acceso. Cabe destacar que el éxito total y la clave de un buen cuidado de los implantes consiste en mantenerlos limpios y libres de placa bacteriana, así como evitar determinados hábitos, como fumar”.
“Los implantes pueden suponer una mejora espectacular para las personas que hayan perdido la capacidad de masticar, hablar y sonreír como antes o como siempre hubiesen deseado. El éxito a largo plazo de la terapia de implantes está fuertemente ligado a un control óptimo de la placa. La frecuencia de los controles, de 3 a 6 meses, debe establecerse en relación con las condiciones de salud de los tejidos periodontales y periimplantares de cada paciente. El uso de irrigadores bucales, cepillos interdentales y seda dental ayudarán a la correcta eliminación de la placa”.
“El resultado duradero del tratamiento con implantes depende de la persistencia de la salud de los tejidos duros y blandos periimplantares y de la distribución apropiada de las fuerzas sobre los mismos. Previamente a la rehabilitación protésica, el paciente debe seguir un programa de visitas periódicas de control cada 3 meses, evaluándose la presencia o ausencia de signos de patología y complementándose la exploración con un examen radiográfico. Además del tratamiento en clínica, limpiando los implantes y aditamentos protésicos mediante curetas de plástico o titanio y puntas de teflón para ultrasonidos, es importantísimo implicar al paciente en el programa de mantenimiento para que sea capaz de lograr un control óptimo de la placa mediante el uso del cepillo dental, los cepillos interproximales, la seda o cinta dental y el empleo de pastas dentífricas y enjuagues bucales que contengan los quimioterapéuticos adecuados”.
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